Aprendiendo de la realidad
Tres momentos que me movilizaron a escribir estas líneas, acompañadas con los videos de excelente conferencistas.
Primero en lo deportivo presencié cuando un entrenador se dirigió a un jugador del equipo, a viva voz delante de todo el resto, gritando “Vos cállate y cerrá el o…”. Las palabras son palabras, no hay buenas ni malas palabras, sino que se abrazan a la intención con las que fueron impartidas. Esa emoción es el 38% de la fuerza de la comunicación, solo el 7% las palabras utilizadas, el 55% restante lo complementa lo que el cuerpo transmite.
El segundo momento, luego de dar una conferencia sobre tecnologías disruptivas, todavía reflexionando si logré conectar todo el contenido preparado, tres personas de manera consecutiva pero espaciadas en el tiempo, me comentaron “Excelente charla”, “La verdad muy buena”, “Gracias por la exposición que diste”. Agradecí a Laura (mi mujer) que insistía en su mirada positiva, y a veces creo que sus comentarios no son imparciales, por el amor que nos une. Y agradecí los comentarios porque me cambiaron la emoción positivamente en cada situación, en cada momento.
Por último, el tercer momento fue en la conversación franca y explosiva con un alumno cuando con toda la sinceridad y humildad comparte una situación que trae al presente una maravillosa historia de vida. Aplica mucho a varios sucesos que estamos viviendo en Argentina. Donde la frase que retuve en mi escucha ha sido extraordinaria. Lo he interpretado como que "hacer bien las cosas" quizás no trae un impacto positivo a personas con malas intenciones que te rodean, pero fortalece tus valores personales y el sentido incondicional de tu vida. Cambiar de grupos sociales, requiere un cambio importante en nuestra vida que entremezcla miedo y respeto consigo mismo. Por esto, decido no estar donde las personas no comparten la mayor parte de mis valores.
El poder de las palabras
Entonces como empezar sin alguna frase de las tantas que me hacen sentido.
“Interpretamos al lenguaje como generativo. El lenguaje no solo describe REALIDADES sino que también crea REALIDADES”
El poder generativo del lenguaje es increíble, una sola palabra, una sola frase, una sola declaración puede cambiarte el mundo o cambiar el mundo de las otras personas. Cuando mencionamos la palabra mundo nos referimos a la realidad observada por la persona, y condicionada por sus propios modelos mentales interpretativos de la misma realidad.
Entonces cuando alguien dice algo, no es tanto lo que ese alguien dice, sino la interpretación que hace el que lo escucha. El tener razón o no, está apalancado como se fundamenta cada parte en la conversación. Pero lo que ocurre, es que el que emitió ese conjunto de palabras, creó una realidad diferente si la comparamos con el contexto de antes de emitirlas.
Repasemos las tres situaciones que me ha tocado vivir en los últimos días. Las voy a resumir en tres frases:
CALLATE!
GRACIAS!
NECESITO CAMBIAR YA!
Si tomamos como nuestra cada frase, cada una de ellas tendrá un significado diferente el signo de admiración, conteniendo la emoción que conlleva la frase declarada. No es posible desapegar la emoción de la palabra y la palabra de la emoción con la persona que la emite.
Cada palabra que utilizamos, cada palabra dicha o no dicha, genera un cambio en el contexto. Lo dicho es dicho por alguien, y ese alguien no se puede desapegar de lo dicho. ¿Para qué dijo lo que dijo? Es algo que solo la persona que emite esas palabras sabrá, con qué intención lo dijo. Y el que recibe o escucha esas palabras estará en un modo receptivo y emotivo para interpretarlas de otra manera.
Las palabras afectan, desde el dolor o el placer, a otras personas, pero no nos olvidemos que también nos afectan a nosotros mismos. Nuevamente todo lo que se dice es dicho por alguien, y está en la confianza e identidad que tengamos de ese alguien, para validar el poder de esas palabras. El vínculo de relación fortalecido desde la confianza y los valores que de esa persona se desprenden, constituye un poder asociado al darle validez y sentido de lo que ha dicho.
“Interpretamos que los seres humanos se crean en sí mismos en el lenguaje y a través de él”
Si bien todos hablamos español, pero no todos usamos las mismas palabras, por ejemplo, entre CALLATE y POR FAVOR NO HABLES ASI DE TUS COMPAÑEROS, hay una brecha importante de diferencia, si mantenemos constantes las otras variables.
“Somos lo que conversamos y conversamos como somos”
Apuesto a que si cambias tus palabras, entonces tu conducta como ser humano cambia. Las palabras que eliges utilizar te cambian y cambian a los otros. Si pruebas unas semanas no utilizar algunas de las palabras que te causan dolor y las reemplazas por las palabras que te empoderan, seguramente te sentirás más poderoso.
La intención de las palabras
Las palabras y las conversaciones se toman de la mano y se abrazan en la emoción misma, conformando nuestros diálogos diarios. El principio social como seres humanos, es que somos seres sociales que compartimos conversaciones para desarrollar nuestras acciones. El lenguaje es acción, a partir de los que decimos y como lo decimos es que logramos que las cosas sucedan. Más allá del qué y el cómo, la intensión está apalancada con el ¿para qué decimos lo que decimos? La intensión focaliza en generar la realidad que estamos buscando, abriendo o cerrando posibilidades.
“No observamos y conversamos de las cosas como son, sino que conversamos y observamos sobre las cosas según como somos”
Los invito a reflexionar sobre estos videos sobre el poder de transformación de las palabras…