#Libro ¿Quién se ha llevado mi queso? - Compartir 10 ideas
Cumpliendo 50 años en la maratón de la vida y a más de 20 años de su publicación, el libro escrito por Spencer Johnson tiene un impacto de actualidad en las transformaciones de vida.
A más de 20 años de su publicación, el libro escrito por Spencer Johnson tiene un impacto de actualidad en relación a las transformaciones que estamos viviendo en estos tiempos de grandes cambios. Cómo adaptarnos a un mundo de constante cambio, del libro ¿Quién se ha llevado mi queso? (Spencer Johnson, 1998).
No es de ahora, sino de siempre, que el ser humano busca controlar sus certezas, pero el contexto evoluciona o revoluciona provocando cambios y transformaciones.
Introducción al libro
La fábula desarrolla la aptitud y la actitud que tenemos las personas en la gestión de los cambios. Si bien es algo que intentamos minimizar o evitar, los cambios ocurren todo el tiempo, como algo inevitable.
La emoción y la razón, en un abrazo permanente, nos reconfigura frente a estas situaciones de cambio.
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En esta historia, el queso es una metáfora de cualquier cosa que tenemos, o que queremos en esta vida. Este queso es nuestra meta u objetivo. Los cuatros personajes tiene una mirada diferente frente a este queso, que como tal, podría también vérselo como la fuente de alimentación que da vida, como también lo que nos brinda la felicidad, el éxito, la autorrealización, el dinero, entre otros objetivos materiales y no tanto de esta vida.
La actitud frente a los cambios
Los cuatros personajes con nombres diferentes de acuerdo a como se haya traducido son:
KIF: es un ratón entrenado, preparado para el cambio y la transformación, y anticipa el cambio buscando de manera temprana alternativas para el queso que es común para todos.
KOF: es el otro ratón, sin una actitud proactiva, pero si reactiva frente a lo que observa. Sin negarlo, reacciona frente al cambio y acciona rápidamente. De alguna manera Kif le propone ese cambio de aprendizaje.
HAW: una de los humanos, reconoce el cambio que está sucediendo y comienza su adaptación personal frente a esto. Transforma su mirada del mundo, como un proceso de mejora en un camino de aprendizaje en busca de nuevos quesos según la historia.
HEM: el restante humano, que se resiste al cambio. Lo niega, intenta de todas formas de justificar razonablemente su situación actual para no cambiar. Si bien la zona de certezas razonables que lo autodetermina, no lo deja impulsarse a la transformación y aprendizaje. El miedo a lo nuevo y el miedo a perder lo que piensa que tienen bajo control, no le deja ver en un inicio las nuevas posibilidades de encontrar nuevos quesos.
El laberinto no es más que una metáfora de la vida misma. Las posibilidades y las circunstancias, son momentos de decisión que cada uno de nosotros toma para poder avanzar.
En la “estación de queso C” se encuentra inicialmente todo el queso que necesitan por un largo tiempo para poder vivir. Ante la desaparición del mismo, comienza “el cambio”, donde cada uno de los personajes reacciona de manera distinta, de acuerdo a sus creencias, actitud y personalidad.
10 ideas para compartir
El cambio ocurre, anticípalo. Si no cambias te extingues. Si accionas el cambio tiene el control de la acción y en consecuencia de los resultados.
No te aferres a viejas ilusiones. Cuanto antes te desprendas del queso viejo, antes encontrarás el queso nuevo.
No te aferres al miedo. Enfréntalo y desecha lo irracional. Aquello a lo que le tienes miedo no es tan terrible como lo piensas o imaginas. El miedo que crece en tu mente es mucho peor que la realidad. Si tomas la decisión de cambiar, el cambio de por sí ya no te asustará.
El miedo puede ser bueno a veces. Si visualizas que las cosas pueden empeorar, ese miedo te impulsa y moviliza al cambio. De seguro que no quieres estar peor que ahora. El miedo que te inmoviliza te limita a accionar. Nada sirve estar con miedo que te inmovilice.
La emoción es acción. Movilizarte a la acción cambia tu predisposición a encontrar un queso nuevo. En cada acción tu emoción se embarca en un nuevo camino de aprendizaje. El queso nuevo puede que no sea algo externo, sino una nueva manera de observar el mundo desde adentro.
Mi propio miedo al fracaso me ha impedido alcanzar el éxito. Cuando dejas atrás tus miedos, te sientes libre.
Debes estar pendiente de los pequeños cambios en tu realidad. Los pequeños cambios son la base de los grandes cambios. Observa, escucha, olfatea, mide y controla el queso periódicamente. Anticipa el cambio que se esté produciendo, para adaptarte a los cambios más grandes que estén por venir.
Prepárate para adaptarte rápidamente, comenzando con un cambio a sí mismo. Las cosas cambian todo el tiempo, nunca vuelven a ser igual que antes. Si la vida sigue, nosotros debemos hacer lo mismo.
Disfruta el cambio, como la aventura de transformación en cada uno de los caminos que decidas explorar. El laberinto de la vida te hace perder tiempo cada tanto. Más allá de eso, mantén tu propósito y tu meta en mente, que es lo que te llenará de valor para continuar avanzando.
Mantente preparado para cambiar otra vez. Cuando hayas alcanzado el queso nuevo, no es el final, sino un nuevo comienzo. Recuerda que siempre hay nuevo queso por explorar y alcanzar.
Algunas otras 15 ideas que me gustaría debatirlas
Del sitio Web Archive iCheese encontré estas otras ideas de la vida misma, asociando el queso como lo que hayamos determinado que es lo más preciado de nuestras vidas. Algunas alineadas a las del grupo arriba, pero otras que no comparto si no hay un debate y fundamentación en la discusión:
Nunca entregue su queso viejo antes de encontrar un queso nuevo.
Nunca rechace el queso que le ofrecen, incluso si ya tiene demasiado.
Nunca rechace el queso que le ofrecen solo porque nunca ha visto ese tipo antes y no tiene idea de qué hacer con él. Cuando alguien le trae queso desconocido, su respuesta debería ser "He hecho esto muchas veces".
No dejes que nadie más sepa que has encontrado un poco de queso.
No comparta su queso.
El queso puede desaparecer en cualquier momento sin previo aviso, de ahí el número 5.
El queso puede echarse a perder en cualquier momento. Cuando esto suceda, ignore el número 5 y continúe y comparta su queso. Un beneficio adicional de esto es que parecerá que estás buscando queso para los demás (¿eh? ¿No es esto lo que se supone que deben hacer los gerentes?) Y serás un héroe.
No pida herramientas (por ejemplo, software o una computadora que sea al menos tan rápida como la de la secretaria) que le ayuden a traer queso nuevo.
No espere que su jefe de queso (es decir, gerente, pero queríamos usar la palabra queso tanto como fuera posible) para encontrar su queso. Se espera que encuentre el queso. (¿De dónde crees que obtienen sus gastos generales?)
Si dejas que tu queso en la cabeza te busque algo de queso, estarás en el desierto.
Ten cuidado. Solo porque parece queso y / o huele a queso, es posible que en realidad no sea queso.
Si se queda sin queso, se le asignará una autoevaluación hasta que aprenda a no quedarse sin queso.
Las autoevaluaciones le tomarán todo su tiempo, por lo que no podrá buscar queso nuevo.
¿Alguna vez pensaste que tal vez siguen moviendo el queso porque no quieren que lo encuentres?
Nunca cortes el queso (oh, vamos, estabas pensando esto tú mismo).
Videos sobre el libro
Referencias
Spencer Johnson (1998), ¿Quién se ha llevado mi queso?, Urano
iCheese (2009), Web Archive iCheese, https://web.archive.org/web/20090131091633/http://icheese.appliedinternet.com/ (Consultado 3/1/2022)
Spencer Johnson, From the #1 Bestselling Author Spencer Johnson, http://spencerjohnson.com/ (Consultado 3/1/2022)