#Coach Conversar más allá de las palabras
Cuando conversamos creemos que nuestras palabras son comprendidas por el interlocutor tal cual como fueron significadas. ¿Nos comunicamos solo con palabras? ¿Para qué conversamos?
¿Para qué conversamos?
Por parte del diseño de conversaciones, es una competencia fundamental para las relaciones interpersonales a la hora se hacerse cargo de un quiebre o problema. Al hablar se actúa y al actuar se cambia el curso normal de los acontecimientos y se hace que sucedan cosas que si no se hubiera actuado no pasarían.
Las conversaciones, dejando de lado la temática en particular, las diseñando según el libro "Ontología del Lenguaje" (Rafael Echeverria, 1994).
Conversaciones DE JUICIOS PERSONALES
Cuando enfrentamos una situación de quiebre, que corta el fluir de nuestras vidas, o cambios de paradigmas de nuestros modelos mentales, recurrimos a este tipo de conversaciones.
Una secuencia de juicios personales se hacen presente que interpretan lo que nos sucede en este momento y el impacto de ese significado en nuestra realidad.
Nos encargamos de volcar con juicios nuestro momento de quiebre, nada más. Podrían ser interminables secuencias de juicios personales encadenados tanto como las creencias, historias y programantes personales hayamos sido nuestro aprendizaje hasta ahora.
Esta conversación busca darle explicaciones a la situación que estamos viviendo. Inclusive podemos incluir terceros responsables y culpables dentro de estos juicios personales.
Muchas personas quedan estancados en este tipo de conversaciones sin salir de ella, justificando dentro de sus paradigmas y sin salir de ellos.
Conversaciones para COORDINACIÓN DE ACCIONES
Existen otro tipo de conversaciones que permiten accionar sobre los quiebres y superarlos. Tomamos un rol protagónico en la coordinación de acciones futuras para ser responsables del quiebre presente. La meta es que suceda un cambio al presente reconocido conscientemente. Es un llamado a la acción, siendo responsable, de aceptar la situación del quiebre con sus consecuencias, o bien, cambiar aquello que generó este quiebre. Es un llamado consciente a la acción.
Algunas acciones que podemos reconocer en este tipo de conversaciones son: los pedidos, las ofertas, las promesas y las declaraciones. El paso más natural es pedir ayuda, algo que puede limitar o tener dificultades en algunas personas dado que su significado social viene asociado con la debilidad o la vulnerabilidad de quien pide.
En este mundo sistémico hiperconectado, se potencia aún más que la imposibilidad de vivir sin la interrelación, interacción y colaboración de las otras personas. Por tal motivo tenemos que aprender a pedir, que no es lo mismo que exigir u ordenar, como también a aprender a afrontar una negativa frente a un pedido que hayamos realizado.
Por último, cabe las posibilidades que las personas no pidan porque no sepan pedir, sino que no saben qué pedir o en qué orden pedirlo. Nos hacemos responsables del quiebre, pero no sabemos que pedir para aceptarlo o superarlo. También puede ocurrir, que sepamos lo que queremos pedir, pero el juicio personal que nos hemos hecho con la otra persona, impide que realicemos el pedido, o mismo que afecte más al quiebre al realizar dicha conversación.
Conversaciones para POSIBLES ACCIONES
Cuando no sabemos qué pedir, o mismo, no sabemos como accionar, avanzamos con este tipo de conversaciones.
Como no sabemos como accionar, tenemos que realizar conversaciones previas del orden divergente, para explorar, reflexionar, ampliar y expandir las posibilidades de acciones. Nuestros juicios y el significado de nuestros juicios personales, determinan que se abran o cierren posibilidades, por lo que no estamos alejados de asociar a esta conversación con las conversaciones de juicios personales.
La conversación en este caso no se orienta a darle sentido al quiebre, sino que más allá de lo ocurrido debe ser cambiado o transformado más allá de conocer o no las acciones a realizar. El valor no es darle sentido sino transformar la situación existente a través de la acción, siendo más una conversación de "hacer" en lugar de reflexión del "ser".
Crear espacios colaborativos para la co-creación de posibilidades, es un llamado a la creatividad y la innovación, ampliando la mirada que solo es posible en la suma de los puntos de vistas, en diversidad e inclusión.
Conversaciones para POSIBLES CONVERSACIONES
Cuando creemos desde nuestros juicios personales, que la otra personas no nos brindará su ayuda, o no querrá colaborar en nuestra acciones, estamos frente a este tipo de conversaciones.
La posibilidad de conversación con una persona, la limitamos o bloqueamos basándonos en juicios que nos hacemos antes sin siquiera hacer el pedido a ella. ¿Para qué le vamos a pedir ayuda si estamos seguros que no nos va a ayudar?
Cuando tenemos el juicio que no podemos tener una conversación con una personas, queda postulada la conversación sobre el juicio mismo de no poder tener esta conversación. Consecuentemente, tendremos una conversación sobre el quiebre de no ser capaces de tener una conversación para la acción que nos permita superar el quiebre inicial.
DOMINIOS de la conversación
Existen tres dominios de las conversaciones, basado en el libro "Ontología del Lenguaje" (Rafael Echeverria, 1994), en particular cuando desarrollamos las conversaciones sobre juicios personales:
El dominio de la RESPONSABILIDAD: ¿A quién hacemos responsable del momento del quiebre? ¿A nosotros mismos, a terceros o al mundo? De acuerdo a los juicios que se realice en el dominio de la responsabilidad (ser responsable, o son culpables) es como devendrá en el ser y hacer de nuestra vida.
El dominio de la INCLUSIVIDAD: ¿Esto nos ocurre en este dominio o ocurre en todos los dominios de mi vida? ¿Es algo que nos ocurre solo aquí? ¿Es algo que nos ocurre en otros contextos? De acuerdo a los juicios que se realice en el dominio de la inclusividad, podrá asumir que se trata de un quiebre en un dominio particular, o se generaliza y extiende a otros dominios, considerando que lo sucedido en el momento de quiebre ha sido en un dominio particular. Esto devendrá en el ser y hacer de nuestra vida.
El dominio de la TEMPORALIDAD: ¿Esto nos ocurre en este momento? ¿Siempre ha sido así? ¿Nunca lo podremos cambiar? Cada quiebre ocurre en un momento determinado con una extensión en el tiempo determinada. Tenemos la facilidad de extender juicios, basados en los "siempre" y "nunca" más allá de la temporalidad del evento. De acuerdo a los juicios que conversemos, esto podrá tener un significado temporal o permanente. Esto devendrá en el ser y hacer de nuestra vida.
Las conversaciones entre paréntesis
Humberto Maturana en su libro La objetividad: Un argumento para obligar (1997) desarrolla la objetividad del lenguaje entre la razón y la emoción del observador.
La subjetividad es una palabra que utilizamos para desvalorizar una afirmación sobre la base de la objetividad sin paréntesis.
No se trata de relacionar lo externo a uno con lo subjetivo. En si, la objetividad entre paréntesis, es tomar conciencia que es imposible hallar un punto de observación del mundo que sea independiente del observador. Pero aún así existen elementos en este mundo independientes de nosotros.
La objetividad entre paréntesis determinan un estado de conciencia, donde ese elemento del mundo existe porque el observador lo está observando y en tal sentido no existe independencia en su relación no puede ser separado de nosotros.
Maturana plantea que la objetividad sin paréntesis, uno tiene la razón y por el contrario los demás están equivocados, y por qué no, locos de observar el mundo de manera diferente.
Todos podemos observar el mismo mundo con diferentes interpretaciones, también sabemos que ese mundo (o al menos sus elementos) es independiente de nosotros como tales, pero la significancia que le damos nos pertenece y no podemos separarnos de ella.
Todas las miradas son legítimas desde el observador que las realiza, y en el coexistir de todos le damos significado a ese mundo incluyendo las relaciones y conversaciones entre los observadores.
Desde el punto de vista científico, ¿existirá la objetividad sin paréntesis?
La objetividad entre paréntesis supone que la existencia se produce por las distinciones y el modelo mental del observador. A más distinciones realizadas por el observador más dominios de existencia observados.
No son solo palabras
Conversamos desde diferentes dominios, no son solo palabras.
Si nuestro comunicar lo tomamos como un todo, de ese 100% del significado que queremos transmitir, tan solo el 7% se corresponden a las palabras.
Las emociones o los sentimientos, asociados generalmente al tono de la voz le corresponden un 38% del total.
Y finalmente, no por eso para nada menor, el 55% restante lo comunicamos con nuestro cuerpo, gestos, manos, posturas, todo aquello corporal y gestual.
En este sentido: ¿Qué tan efectivo son este tipo de conversaciones?
Conversar por Chat, Messenger, Whatsapp, Telegram o Signal.
Conversar por teléfono (sincrónico), por audios en los chat (asincrónico).
Conversar a distancia cara a cara por videos llamadas Zoom, Meet, Teams u otras.
Conversar presencial sin una escucha activa en lo que el otro está diciendo.
Conversar presencial cara a cara en una reunión estando presente uno con el/los otro/s.
Toda conversación es un abrazo entre el lenguaje y la emoción. Un tono inadecuado, puede producir un impacto adverso más allá de las palabras correctas. Nuestras conversaciones son coherencia en nuestras palabras, emociones y corporalidad.
En medio de la cuarta revolución industrial, la era de la digitalización y la dematerialización de los elementos del mundo, el reemplazo de procesos e interacciones con inteligencias artificiales, entre empleados, entre clientes, entre humanos... ¿No nos estaremos olvidando de humanizar nuestras conversaciones? ¿Estaremos despersonalizando demasiado nuestras conversaciones? ¿Qué tan efectivas y poderosas están siendo nuestras conversaciones?
Herramientas
Serie de videos de #100DiasEnCalma (Oscar Schmitz, Laura Curra, 2020)
Referencias
Echeverría, R (1994), Ontología del Lenguaje, Argentina, Editorial Garnica
Maturana, H. (1997), La objetividad: Un argumento para obligar, Chile, Editorial Tercer Mundo
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